a Irene Gruss
No sé hablar.
Me despierto alejado.
Trastabillo en mis pasos.
Inadecuado espejo de lo que podría
soy los que soy:
no me reparto.
Hasta aquí llegan luces
de horizontes oscuros.
Letanías de lobos.
Aullidos de luna llena.
Por aquí pasó alguien
a mojarme los ojos.
Pero no sé decirlo.
Dentro de mí hay una agua,
un silencio de campana.
De Poemas sin libro (Buenos Aires, Ediciones en Danza, 2002)