o la tris­teza de Yván Silén

 

Hoy debería sui­ci­darme con­ti­go, Machu Picchu,
hoy debería sui­ci­darme con la
muerte, con la llu­via, con la risa y
con los niños que se arro­jan al abismo.

Hoy debería ser ciego e debería
ser más pobre que los pobres.
Hoy debería ser nadie
y debería ser nada.

Hoy deam­bu­lo, hoy pido limosna.
Hoy bus­co un ami­go en la basura.
Hoy siem­bro a mi corazón en un florero.

Hoy riego a la muerte con saliva.
Hoy meo a mi sui­cidio en las letri­nas. ¡Hoy
quisiera ser Dios! ¡Hoy quisiera ser nadie !

12 de julio del 2012
Puer­to Rico

 

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